Henry Guerrero Martinez Químico Farmaco Biologo Escribe - Miseria Humana


MISERIA HUMANA


¡Oh, miseria humana, a cuántas cosas te sometes por el dinero!

-Leonardo Da Vinci-


Este dibujo visionario, menos famoso y perteneciente a la Royal Collection del castillo de Windsores conocido habitualmente como "A cloudburst of material possessions" (Literalmente: Una lluvia de posesiones materiales). Es una representación de la acumulación de objetos que se van volviendo una necesidad interminable, el lo representa como una tormenta que nos sepulta y acompaña. Su dibujo con el texto de la parte inferior dice más o menos: «¡Oh miseria humana – a cuántas cosas te sometes por dinero.»

 

Desde que las culturas han logrado desarrollo en sus sistemas sociopolítico y socioeconómico parece nacer una relación directa e irónica con el empobreciendo individual, parece haber un fallo constante en la distribución de riqueza, lo peor es que no solo es en la riqueza material sino también en el acceso al conocimiento.

 Desde las grandes urbes hasta los pueblos más marginados, la miseria es algo presente y se manifiesta de muchas maneras, desde no tener aquello para cubrir las necesidades básicas, hasta tener gran comodidad y aun así sentirse miserable sin un propósito, intranscendental, sentirse poco valorado o sentir que es poco lo que tenemos. ¿A qué se debe está sensación?, ¿Qué trampa fisiológica de nuestra naturaleza es responsable de esto?

En los últimos años se ha logrado desarrollar la tecnología para poder estudiar mejor el cerebro y entender nuestro comportamiento, hoy en día las neurociencias y la fisiología han ido armando este rompecabezas que nos brinda la información de porque hacemos que lo que hacemos, porque nos gusta lo que nos gusta, y se ha denominado: "Sistema de recompensa hipotalámico", que involucra a varias partes de nuestro cerebro, nos dice que es lo que nos gusta y que no, que es lo que nos motiva y nos hace levantarnos, movernos, trabajar, estudiar, bailar, jugar, amar y todo lo que hacemos.

Este proceso inicia cuando alguno de nuestros sentidos captan un estímulo, pondremos de ejemplo el gusto, cuando comemos, estos nutrientes y sustancias viajan a través del sistema digestivo y llegan al cerebro dónde activarán un área muy especial, que funge como un interruptor denominada el área ventral tegmental (AVT), dicha área tiene más del 90% de neuronas productoras de una sustancia mágica llamada DOPAMINA, la famosa dopamina que va a ejercer su efecto en 4 áreas principales en el cerebro y cada una dará un valor diferente a este estímulo, así entonces, el hipocampo en dónde se encuentra la memoria contextual te hará recordar eso que estás consumiendo, dónde lo consumiste, cuando lo consumiste y en qué condiciones la consumiste, otra área implicada será la amígdala dónde se va a generar una respuesta emocional que puede ser positiva o negativa, también se verá estimulada por la dopamina la corteza pre frontal aquí radica el funcionamiento cognitivo, que se traduce en que entiendas el mecanismo por el cual obtuviste el estímulo y así puedas planear las acciones que te lleven a tenerlo nuevamente, y por último y muy importante un área llamada núcleo acumbens que asignara a este estimulo algo llamado: "valor hedónico", es decir, que va a determinar que tanto nos gustó y además nos dará una recompensa expresada en placer, cuando esto ocurre el núcleo acumbens va a activar los ganglios basales del sistema motriz que son responsables del movimiento esto se traduce en acciones para conseguir esto que nos da placer, sumando a esto y en  forma de retroalimentación las diferentes áreas que fueron estimuladas por la dopamina van a secretar glutamato bañando al núcleo acumbens lo cual le va a generar algo llamado potenciación a largo plazo, ¿Qué significa esto? pues básicamente las sinapsis(conexiones entre neuronas) se vuelven más fuertes y genera plasticidad dando lugar a la formación de: RECUERDOS, lo que hará tener mas presente dicho estimulo y la necesidad de obtenerlo, de tal modo que si el estímulo, es por ejemplo: una persona de la cual estás enamorado, hasta el mínimo estímulo como un olor, una imagen o un sonido aunque sea indirecto tendrá el poder de evocar el recuerdo de esa persona y nos dará esa recompensa de placer, y de ahora en adelante cada que llevemos ese estímulo al núcleo acumbens, el nos recompensa con placer, y puede llegar un punto en el que sea vuelva una conducta compulsiva, es decir, aquella que ya ni siquiera se razona y se empieza a realizar de forma mecánica, a modo de resumen he intentado explicar este sistema tan complejo de nuestro cerebro, que nos deja la interrogante, ¿Realmente tenemos un control de nosotros o somos controlados por los estímulos y los objetos, situaciones o personas que producen esos estímulos?, ¿Realmente nos mueven nuestros ideales o es la recompensa detrás aquello que nos lleva a hacer lo que hacemos?, Si algo no nos ofrece recompensa, ¿Qué tan motivados estamos para llevar a cabo esas acciones? Aunque estas sean buenas para nosotros y nuestro entorno.


Pues al igual que personas en el mundo, existen muchas posibilidades, tipos y formas, algunas determinadas por nuestra genética y en otros casos el ambiente reescribe nuestros genes, ósea que existen aquellos que tienen el control y aquellos que son controlados.


Una característica importante es que el estímulo crónico de dopamina a la corteza pre frontal, genera su inhibición, la apaga justo como en los pacientes adictos dónde se crea una conducta compulsiva dónde ya no se piensa ni se valora el daño de consumir el estimulante porque es mayor la necesidad de recompensa.


En la actualidad, principalmente la mercadotecnia ha entendido muchos de estos mecanismos y como alterarlos, hoy en día las empresas conocen y trabajan para vendernos indirectamente esa recompensa hipotalámica a través de diferentes artículos, experiencias o alimentos, muchas veces compramos cosas que no necesitamos, pero nos da placer, muchas veces la aprobación de los demás y la aceptación se vuelve esa recompensa aunado a un instinto evolutivo de pertenencia.


Con el tiempo ese estado de bienestar y placer se ve ligado a estímulos en una forma de esclavitud fisiológica invisible e incomprensible para la gran mayoría, nos convierte en el ganado idóneo para el consumo de estímulos.


Del otro lado, hay empresarios y gobernantes que tienen más de lo necesario para una vida cómoda y funcional, pero al mismo tiempo el detonante de su recompensa hipotalámica es la sensación de adquirir más bienes materiales, más poder y control, pero a un nivel patológico de ambición.


 Todo esto sin duda ha propiciado una sociedad menos feliz, menos equitativa y sobre todo menos desarrollada, hemos dejado de pensar como especie, como tribu y como familia, para ir en busca de la auto realización personal, una competencia sin sentido y al mismo tiempo sin un beneficio a largo plazo para ninguna especie, resumida en breves periodos de recompensa.

 

La comodidad se ha vuelto lo más importante, con esto iniciamos la firma de nuestra pérdida de libertad, acelerando cada día nuestra extinción, vivimos en una sociedad dónde un país (Rusia) por el control del flujo de recursos traducidos en dinero y poder, se puede bombardear y matar a diestra y siniestra a una población, este salvajismo nos recuerda que aun en este punto de evolución y desarrollo seguimos siendo animales donde individualmente lo único importante es aquello que representa valor para mi, y los demás son irrelevantes.

 

Lo interesante de darnos cuenta de nuestra mecánica interna es precisamente cuestionarnos, ¿Realmente somos libres?, ¿El sistema de recompensa determina las decisiones que tomamos? Y esa búsqueda terca y necesaria de placer y sentirnos bien. El mecanismo encargado de mantenernos vivos durante tantos años, ahora es responsable de mantenernos anclados a la vida que llevamos.

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